En vísperas de su siguiente edición nocturna el próximo miércoles 19 de junio (pre-feriado), invitamos a Cleymoore para conversar acerca de su visión artística, sus roles dentro de la escena electrónica underground, y sus opiniones acerca del mainstream y la dirección de nuevas tendencias.
Con base en Berlín, Cleymoore es director de arte, diseñador, DJ y productor. Creador del sello discográfico Pluie/Noir Recordings y Co-Fundador de la agencia Rings Of Neptune, Bruno nos trae su interpretación del panorama musical actual, atravesando diferentes momentos y recolectando historias en una charla verdaderamente interesante.
Tu trayectoria en la escena underground de música electrónica abarca múltiples roles: DJ, productor, diseñador y director de arte. ¿Cómo se complementan e interactúan estas diversas disciplinas en tu proceso creativo?
Desde que tengo memoria, la música y el arte gráfico siempre han estado entrelazados para mí. Tengo una Licenciatura en Diseño, así que soy diseñador gráfico en «términos profesionales concretos». Trabajo desde el 2008 como diseñador autónomo y, durante ese periodo, empecé a interesarme especialmente por el diseño gráfico para la industria de la música, lo cual con el tiempo terminó convirtiéndose en algo natural. Simultáneamente, empecé a dar mis primeros pasos en la producción musical, que rápidamente se transformó en una pasión. Con el éxito de mi carrera musical, llegó también cierto éxito como diseñador para proyectos relacionados con la música. Mis contactos se interesaban a menudo por mis habilidades de diseño gráfico, y todo se fue conectando como una especie de red. Desde entonces, me dedico a realizar diseños visuales para sellos discográficos y promotores de eventos, incluyendo mis propios sellos y proyectos.
Coleccionar música en formatos físicos como vinilos o cassettes, es especialmente inspirador porque me encuentro bombardeado de ideas audiovisuales. No sólo estoy comprando un disco, sino que también estoy adquiriendo un producto físico con un diseño y unas ilustraciones únicas que puedo experimentar plenamente. Es decir, la música como experiencia sensorial completa; eso es lo que intento hacer en todos mis proyectos.
Como director de una agencia de contratación de artistas, ¿Qué cualidades buscás en los talentos emergentes? ¿Cómo equlibrás la búsqueda de nuevos artistas con el mantenimiento de la reputación de la agencia?
Cuando fundé Rings of Neptune con mi querida amiga Denise Gluck, queríamos crear una agencia que representara varios géneros de música electrónica: ambient, neoclásica, downtempo, IDM, minimal, techno y electro. Queríamos crear un colectivo en el que pudiéramos fomentar las colaboraciones entre artistas. También necesitábamos DJs y live sets que pudieran encajar tanto en un festival o una galería de arte, como en los clubes de baile más destacados del mundo. Así que, en el fondo, la mayoría de nuestros artistas son bastante versátiles, con un sentido muy peculiar de la musicalidad que permite este tipo de flexibilidad. Solemos buscar eso en los talentos emergentes, un amor innato por la música en sus múltiples formas, de una manera humilde y pura.
Nos centramos en el talento emergente porque a Denise y a mí nos gusta ayudar a los artistas con talento a prosperar en el negocio, sin tener en cuenta su número de seguidores en Instagram o cualquier otro KPI que las agencias suelen utilizar para medir el talento. Nuestro roster de artistas está equilibrado entre talentos nuevos y consagrados, y tratamos de permitir una conexión entre todos nuestros artistas para fomentar un ambiente colectivo acogedor. Un ambiente así hará avanzar a la agencia con todos sus artistas, y los promotores que trabajen con nosotros podrán sentir una energía diferente. Para promocionar nuestros talentos, organizamos showcases por toda Europa, normalmente en clubes pequeños o medianos donde los artistas y el público pueden sentirse cómodos y conectados. También organizamos eventos multidisciplinares llamados Stellar Systems, en los que mostramos música ambiental o downtempo con talleres diurnos, mercados DIY y pop-ups de vinilos, que finalizan en una noche de club. Todo ello va acompañado de proyecciones visuales (cuando es posible) para garantizar una experiencia audiovisual completa.
La escena underground suele considerarse un santuario para la expresión artística y la experimentación. ¿Cómo manejás los retos de mantenerte fiel a tu visión artística al mismo tiempo que te adaptás al panorama en constante evolución de la música electrónica?
Trabajo constantemente y tengo ganas de aprender cosas nuevas, sobre todo de mí mismo y de la gente que me rodea. Soy una persona curiosa de corazón, así que la afluencia al mundo audiovisual me entusiasma. Si algo me conmueve, me inspira a crear, independientemente de su estado actual de ‘trending’. Las tendencias en el sector de la música y la escena nocturna van y vienen a la velocidad de la luz, y trabajar en este negocio puede convertirse rápidamente en una fuente de frustración.
Con la prevalencia de las redes sociales, es más fácil que los artistas se comparen entre sí, lo que puede llevarles a cuestionar sus capacidades y su éxito. La fama se ha desvinculado de la calidad, así que evito juzgar las cosas basándome en cifras. El underground no es realmente el underground de las décadas anteriores. En medio de todo este ruido, los artistas y las discográficas necesitan desarrollar sus propias voces. La gente de la que te rodeás y las escenas que explorás influirán en tu carrera. Sin embargo, crear un mundo personal y único es fundamental. Intento seguir mi propio camino. Aunque las redes sociales desempeñan un papel importante en la visibilidad de la obra de un artista o una discográfica, deben utilizarse con cuidado.
Las colaboraciones fomentan el desarrollo de la escena musical y son fundamentales para la creatividad y el progreso. Deben darse entre sellos discográficos, músicos, clubes, promotores y agencias, para que la escena sea mejor, más inclusiva y emocionante. Me fui de Lisboa en 2014 porque no sentía que la escena fuera próspera. Los artistas y sellos locales necesitan apoyarse mutuamente o trabajar juntos para llevarla al siguiente nivel. He visto micro-escenas desarrollarse bajo la escena más grande de Berlín, y muchas colaboraciones están ocurriendo entre viejos y nuevos artistas por igual. Esta dinámica crea espacio para que muchos coexistan en una ciudad sobresaturada de proyectos relacionados con la música.
Tanto tus diseños como tu música transmiten una fuerte narrativa, a menudo emotiva. ¿Cómo trasladás tus experiencias y emociones personales a tu arte, y qué mensaje esperás que se lleve el público?
Todo lo que hago suele estar cargado de emociones: mi música, mis DJ sets, los diseños gráficos que hago, e incluso la comida que cocino. Todo conlleva una especie de nostalgia (muy portuguesa), la «Saudade»; aprendí a abrazarla. La nostalgia es un sentimiento hermoso, ya que suele conllevar felicidad y tristeza en partes iguales. He intentado hacer, por ejemplo, música tech house alegre. Por alguna razón, no puedo hacerlo. No está en mí. No es que la felicidad no esté en mí; simplemente soy una persona feliz y optimista que ha pasado por las situaciones más extáticas y por momentos realmente sombríos, he vivido toda la trama. He aprendido a que me guste ese estado emocional «intermedio» en el que sientes simultáneamente alegría y tristeza. Y es muy bonito. Cuando creo algo, dejo que salga exactamente como es.
Dado el compromiso de Artlab con la promoción del pensamiento crítico y las nuevas formas de expresión a través de su programa de Residencias Artísticas, ¿qué impacto creés que tienen este tipo de espacios en el panorama cultural de ciudades como Buenos Aires?
Creo sinceramente que este tipo de espacios e iniciativas son cruciales para el desarrollo de cualquier escena artística. De hecho, la industria mainstream depende de las micro-escenas para progresar sin reconocerlo. Los creadores menos conocidos suelen ser los más audaces, los que marcan nuevas tendencias o inventan nuevos géneros, porque el mainstream se abstiene de asumir riesgos. Las ideas audaces surgen del underground, el campo de pruebas de algo más grande. Si lo matamos, no iremos a ninguna parte. Los programas de residencias de artistas impulsan esta idea ofreciendo a los artistas una plataforma de expresión. Esto es crucial, sobre todo en las ciudades capitales, donde la inflación galopante y la corporativización son algunos de los retos más desafiantes del sector. Estos factores pueden destruir la vida nocturna de una ciudad y dificultar que prosperen las escenas underground, algo que veo que ocurre en la mayoría de las capitales europeas.
Redacción: Hernán Costas