Una extensa carrera consolidada a base de buen gusto y vanguardia ubicó a Carlos Alfonsín como una pieza clave dentro de la escena musical argentina. Referente de varias generaciones de músicos y DJs, su sonido en constante evolución mira siempre hacia adelante, siendo uno de los pioneros de muchas de las nuevas tendencias que hoy conocemos

En forma simultánea a sus inicios como DJ desarrolló una carrera en cine, publicidad y videoclips, y se consolidó como productor de jingles. Llevo su experiencia como productor audiovisual al terreno de la música y ayudo a delinear la estética visual de bandas como Soda Stereo, trabajando en sus comienzos en la dirección de arte junto a Alfredo Lois (el cuarto Soda detrás de escena) y como productor del video clip “La ciudad de la furia”, la dirección de arte del disco Locura de Virus. También fue precursor en la fusión audiovisual con la pista de baile. Mucho antes de que exista la palabra VJ, en los ochentas tenían un ciclo mensual donde se estrenaban los nuevos videoclips y cortometrajes, e intervenía visualmente Clubs con puestas lumínicas y muestras de fotografía.

En 1991 decidió focalizar su trabajo exclusivamente en la música. A partir de ese momento comenzó una serie de residencias que incluyeron El Dorado, El Cielo, La Morocha (Córdoba), El Odeón, Morocco, las mundialmente reconocidas noches de Clubland en Pachá y el ciclo Soup. Por su trabajo en la cabina de El Dorado donde fue único residente en el 91 y 92 fue elegido como mejor Dj de la escena local.