Con casi 40 años de carrera musical, Cristóbal Paz es una pieza fundamental del rompecabezas de la escena de música electrónica en Argentina. Pionero en el arte de mezclar discos ha estado allí desde los inicios, habiéndose presentado por las discotecas más emblemáticas de los años 90’.

El próximo viernes 16 de agosto tenemos el privilegio de recibir a Cristóbal Paz en nuestra casa matriz. Con una carrera que inició a la sorprendente edad de 14 años, Cristóbal logró desarrollar una impronta propia que lo llevó a dejar una huella sonora en clubes míticos como Pachá (Buenos Aires), Space (Ibiza), Club Der Visionäre (Berlín), y festivales como Creamfields (UK) y Time Warp (Argentina). Previo a su presentación, nos reunimos con él para charlar acerca de su carrera, la evolución de la escena local, y sus recuerdos más preciados.

Cristóbal, fuiste residente de Pachá en su mejor época pasando por discotecas de renombre como Morocco, El Sol, y llevando tu música a las principales capitales europeas; Ámsterdam, Barcelona, Londres y Berlín. Pero antes de adentrarnos en tus hitos y tu carrera, me gustaría hacer un racconto histórico. ¿Cómo fueron tus inicios con la música? ¿Cuál fue tu primer contacto con las bandejas? ¿Recordás el primer evento donde pasaste música?

Mis comienzos con la música fueron desde muy chico, influenciado por mi abuelo, que era músico y tocaba la guitarra. Cuando mis padres se separaron, nos fuimos a vivir con él, y fue ahí donde me envolví en su universo musical. En casa había muchos vinilos y acetatos que eran de él y mi tía, que era más joven, y yo no parábamos de escucharlos. Más tarde, nos mudamos y conocí a un vecino mayor que yo, que era DJ. Nos hicimos amigos y siempre escuchábamos música juntos. Fue así que empecé a acompañarlo a poner música en fiestas de 15, casamientos, etc. Mi amigo había heredado un equipo de sonido y muchos discos de un DJ que además era dueño de un club llamado Le Freak. Un día clausuraron Le Freak, y el dueño llamó a mi amigo para que le llevara los equipos, que iba abrir en un Club Hípico que estaba al lado del boliche. Mi amigo me llamó para ayudarlo, y fue ahí donde conocí a Alejandro Linares, el dueño y DJ del lugar. Después de ese verano, me llamó para que trabajara con él, primero en las luces, y a las dos semanas ya estaba tocando los viernes y sábados, con apenas 14 años. Desde ese momento, no paré más. No podía creerlo, tenía las llaves del boliche, cuentas en las disquerías, y una colección de vinilos del club a mi disposición, donde recibí música que pertenecía a generaciones más grandes que yo. Así que todo fue sucediendo, y sin darme cuenta, en el fondo siempre supe que eso era lo que quería hacer.

¿En qué momento te dijiste a vos mismo, si es que hubo tal conversación, “yo quiero hacer esto, quiero ser DJ”? ¿Cuál fue tu primera residencia en un club nocturno?

Desde que tenía 13 años, ya sabía que quería ser DJ. Ese deseo se hizo más fuerte cuando comencé a tocar en mi primera residencia en Le Freak, un club de moda en aquel entonces. La sensación de estar a cargo de la música me hizo dar cuenta de que esto era lo que quería hacer. A los 14 años ya estaba tocando los fines de semana en un club nocturno, y desde ahí no paré. Mi tendencia empezó a girar hacia la música electrónica, que tenía que ver también con mi edad, y por esa razón fui pasado de clubs, porque de ser lo mejor pasaba a estar suspendido, porque yo ya quería poner la música que yo sentía, que para el momento prematuro de la electrónica, tenías que estar un poco al revés de las normas sociales. Hasta que apareció El Sol, un club en Córdoba que impuso algo distinto en cuanto a la música. Ahí Moroco Colman me convocó para que fuera el residente del club nuevo que estaba por abrir, EL SOL. Fue el primero en traer DJ internacionales. En el verano del ’95, en Punta del Este, empecé a tocar en fiestas y  me escucharon los de La Morocha y empezaron a llamarme para tocar en Buenos Aires. Después, empecé a tocar en Pachá y, finalmente, me mudé a Buenos Aires, donde me instalé por 13 años.

Fuiste pionero de la escena cordobesa, y una pieza clave en la escena bonaerense. ¿Cómo se dio esta conexión ‘federal’ en los inicios de tu carrera? ¿Cuándo comenzaste a viajar a distintas provincias del territorio argentino? ¿Qué es lo que más destacás de ese periodo de tiempo?

La conexión federal se dio de manera natural. En aquellos tiempos, la escena electrónica estaba comenzando a crecer en diferentes partes del país, y había una gran curiosidad y sed por nuevos sonidos musicales. Empecé a viajar a distintas provincias. Lo que más destaco de ese tiempo es el sentido de comunidad que existía entre la gente, aunque era poca. La música unía a las personas, sin importar de dónde venían. Era un momento en el que la música electrónica no era tan popular como lo es ahora, y eso hacía que cada evento fuera especial, creo, y las conexiones que hice en esos primeros años todavía me acompañan al día de hoy, y muchos de esos vínculos se han convertido en amistades de toda la vida.

Si tuvieras que comparar la escena local de los 90’ e inicios del 2000’ con la escena actual, ¿qué cosas considerás que cambiaron de manera positiva? ¿Y cuáles identificás que ya no están y te gustaría que volvieran?

La escena de los 90 e inicios del 2000 fue una época de descubrimiento y experimentación. Lo positivo es que hoy en día hay más acceso a la música, más eventos, y una escena mucho más grande y diversa. Sin embargo, creo que algo se ha perdido en el camino. En aquellos años, había un sentido de comunidad y una pasión que hoy a veces siento que falta. La música era algo nuevo y emocionante, y la gente se entregaba completamente a la experiencia. Hoy, con tanta información y tantas opciones, parece que la gente a veces se dispersa y pierde un poco ese entusiasmo. Y con el acceso a la música que hoy sucede, todo el mundo quiere escuchar lo ellos quieren, antes éramos nosotros los que presentábamos lo nuevo o lo proponíamos. Me gustaría que volviera un poco ese sentimiento que había en esos primeros años.

Imaginemos que tenés acceso a una cápsula del tiempo a la cual podés ingresar y traerte un único recuerdo de la época dorada. ¿Cuál elegirías y por qué?

Si pudiera traerme un único recuerdo, me resultaría difícil elegir solo uno, tengo tantos lindos recuerdos que me dio la música viajando, conociendo lugares y gente. Recuerdo especialmente cuando empecé a viajar a tocar a Europa, fueron varios años seguidos y se fue formando un grupo increíble de amigos en Londres, España, y Paris, y todos los años nos juntábamos. Esos encuentros, tanto a nivel personal como musical, son recuerdos que me ponen contento cuando me acuerdo de haberlos vivido.

Adelantándonos ahora un poco más en el tiempo, entendemos que desde que fuiste padre te has vuelto un poco más selectivo con tus fechas. ¿Cómo gestionás esta doble-profesión de DJ-Criador?

Desde que nació mi hija Juana, me instalé en Córdoba y decidí no tocar tanto. Después de tantos años sin parar, sentí que era el momento de hacer cambios. Ahora me enfoco en tocar en fechas que realmente me motivan, en lugares donde sé que puedo disfrutar y dar lo mejor de mí. Ha sido un cambio importante en mi vida, pero uno que me ha permitido encontrar un equilibrio entre mi pasión por la música y mi rol como padre. No deja de ser un desafío constante, pero creo que he encontrado la manera de hacer ambas cosas de una mejor forma que antes.

Has lanzado música junto a talentos locales de la talla de Franco Cinelli y Pedro D’ Alessandro. ¿Continuás produciendo música actualmente? ¿Hay algo en lo que estés trabajando que nos quieras adelantar?

https://carambarec.bandcamp.com/music

Sí, sigo produciendo música, aunque de manera más pausada que antes. Estoy trabajando en varios proyectos para el sello Caramba, y tengo muchas ideas y trabajos que he retomado recientemente. Estoy muy emocionado por lo que se viene y espero poder mostrarles pronto lo que he estado haciendo. Es un momento de reencontrarme con la producción y de volver a conectar con esa parte de mi carrera que siempre me ha apasionado.

Para ir cerrando, en muy pocos días tendremos el honor de recibirte en nuestra casa matriz. ¿Qué tenés preparado para esta noche? ¿Qué le espera al público?

Estoy muy emocionado de volver a Artlab, un lugar donde me siento muy a gusto. Poder expresarme a través de lo que más me gusta es siempre un placer. Me siento muy agradecido con Gonzalo Solimano, por darme este lugar, y sobre todo por hacerme sentir valorado, en un lugar que atiende los detalles, algo que no es tan común en el día de hoy. Para aquellos que ya me conocen, siento que podrán ver una versión de lo que siempre fui, pero actualizada a día de hoy. Y para quienes aún no me conocen, espero poder dar lo mejor de mí, ya que estoy muy agradecido por esta nueva oportunidad de tocar para ustedes.

¡No te quedes afuera! Para asegurar tu ingreso podés adquirir tus tickets en el siguiente enlace:

https://tickets.artlabpro.net/events/artlab-cristobal-paz-solimano-sofia-duz

Redacción: Hernán Costas